jueves, 16 de septiembre de 2010

La poesía satírica de Oscar Aguirre

EL LEGADO DE UBIGILDO

Mientras que otros crían rentas,
Sanamente o “trafaseando”,
Multiplican sus libretas
Y de mil cosas son dueños.

Yo, a lo largo de la vida
Como ven nada junté,
Mi existencia fue una herida
Por donde me desbanqué.

Nada puedo conceder
Como una ansiada heredad,
Sólo dejo al fallecer
Algo que se pueda usar:

Otorgo mi corazón
Al ser que le sepa dar
Corrida circulación,
Sentimiento, bienestar.

Es el pulso limpio, franco
Que en el tamaño de un puño
En amor, cariño es amplio
Y en algunos casos duro.

Fuerte para soportar
Atropellos, canalladas,
Alegre, sentimental,
Expresivo en sus pulsadas.

Aunque ya está repartido
En los seres que más quiero
En último trance pido
Que se reparta de nuevo.

Mis glóbulos doy, si hay tiempo,
De cogerlos rojos para
Sinvergüenzas elementos
De poca sangre en la cara.

Pido a la vez que mis ojos
Den a dos necesitados,
Preferible es ver dos tuertos
Que uno ciego desvistado.

Es, de un tiro, dar en forma
Repartido beneficio,
Además pa’  ver infamias
Basta un ojo, dos es vicio.

Así mismo ratifico
Que es mi plena voluntad
Entregar para un injerto
Mi aparato renal.

Está sano certifico
Por las muchas opiniones
Que por algo ya me han dicho
Que tengo "buenos riñones".

Mi lengua no la concedo,
Les delegaría un mal
Pues su historia, lo confieso,
Deja mucho qué desear.

Como toda justa lengua
Ha cumplido su papel
De chismosa, mala, buena,
Amorosa, ingrata, fiel.

Unas veces se ha callado
Cuando más tuvo que hablar,
Otras se ha descarrilado
Con inoportunidad.

Supo decir bellas frases
Del más poético estilo
Y también soltó soeces
Palabras con doble filo.

A unos trato con clase
De amor casi maternal,
A otros, con sus propias madres,
Juntos los mandó a rodar.

No es nada  recomendable
Que trasplanten pues mi lengua,
Como otras, que se agusane,
Más merece esta condena.

Sólo dos piezas no doy,
Fueron de uso personal,
Aunque bien seguro estoy
A cualquiera han de parar.

Sin órganos en carrera,
Todavía palpitantes;
Uno está en mi calavera,
Otro en una "buena parte".

Más bien si una facultad
De medicina los pide
Que los lleven pa’ estudiar
Sus metidas inquietudes.

Dando fe de lo que entrego
Pongo aquí mi forma usual,
Mi número distintivo
Y mi huella digital.

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